
Ya reaccione equivocadamente cuando tenia once años y un niño me pidió un lápiz prestado; desde entonces entendí que a veces no hay una segunda oportunidad, que es mejor aceptar los regalos que el mundo nos ofrece.
Claro que es arriesgado, pero ¿será el riesgo mayor que un accidente del autobús que tardo cuarenta y ocho horas en traerme hasta aquí? Si tengo que ser fiel a alguien o a algo, en primer lugar tengo que ser fiel a mi misma. Si busco el amor verdadero, antes debo cansarme de los amores mediocres que encuentre. La poca experiencia de vida que tengo me ha enseñado que nadie es dueño de nada, todo es una ilusión, y eso incluye tanto los bienes materiales como los bienes espirituales. Aquel que ya perdió algo que daba por hecho (algo que ya me ocurrió tantas veces) al final aprende que nada le pertenece.
Y si nada me pertenece, tampoco tengo que perder mi tiempo cuidando cosas que no son mías; mejor vivir como si hoy fuese el primer (o el ultimo) día de mi vida.”
Extracto del libro “Once minutos” de Pablo Coelho
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