9 de septiembre de 2008

¿Y Ahora Qué?

Si hubiera que definir quien soy en este preciso instante, no tendría una respuesta certera. No soy ni chicha ni limona’, al menos ahora. Es como si no esperara nada de la vida. Ni cosas buenas, ni desgracias como en tiempos pasados. Quizás es indicio de que cosas nuevas tienen que venir o que llegará la ansiada conciliación con mi ser interior. Es que ya ha pasado mucho tiempo de conflictos con mi ser interior, constantes batallas entre el querer y el deber. He batallado con mis constantes temores a decir las cosas en los momentos precisos, con mis reiteradas equivocaciones y malas elecciones. Creo que ya es hora de que la vida de un giro y comience a darme satisfacciones y paz a la guerra que llevo dentro.
He optado por reencontrarme primero con las personas que estuvieron alguna vez conmigo, que marcaron algo en mi vida. Que hicieron por minutos, segundos u horas que mi corazón latiera intensamente. Reencontrarme con la gente a la que herí y tratar de sanar esas heridas. Por que parte de mi reconciliación interna incluye mi reconciliación con los que conforman Mi Mundo.
Al menos ya paso el último huracán que arraso con parte de mí. Ese que se llevo mi espíritu y sueños completamente. Ese que destruyo mis anhelos y todo lo bueno que había construido, cual castillo de naipes. Ahora ceso la tormenta y me siento como una mañana después de intensos días de lluvia en un campo lejano del sur, en donde se huele la humedad y el aire es más fresco y se logra dimensionar el desastre que ya termino.
Como en los temporales del sur. Llueve por horas, días, semanas. Estas encerrado en tu casa y no sabes de nada ni nadie. Cesa la lluvia, sales afuera y es un día precioso pero te das cuenta que la lluvia dejo miles de daños. Pero ya paso y solo queda ordenar y limpiar todo para poder seguir adelante.
Forestacion

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