3 de diciembre de 2008

Miedo.

El miedo, como contrapunto de la felicidad, bloquea la plenitud de la existencia del ser humano. Su raíz se da en la lucha constante entre la luz y las tinieblas en la vida personal de cada uno. El miedo y la angustia son connaturales a la existencia humana y causa de un proceso de inseguridad, que lleva a la timidez, al temor y un conjunto de complejos que limitan al hombre quitándole el sentido de la vida y del futuro,


Sin embargo, el miedo tiene una función: nos señala la dirección del crecimiento. Nos hace ver las fronteras, el territorio no conquistado de nosotros mismos. Poco a poco vamos conquistando el reino del amor, la esperanza, la plenitud, la intuición de felicidad, que son la cara opuesta del miedo, la angustia y la tristeza.

Pero, a diferencia de lo que muchos puedan pensar, el miedo es también positivo, Frente a hechos reales que en sí son amenazantes, el hombre debe defender su propia integridad física o psicológica, y es el miedo el que gatilla la acción, es una especie de luz roja que se enciende ante el peligro de deshumanización, en el que el hombre no enfrentaría los conflictos.

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