Últimamente no he dedicado mi tiempo a transcribir letras a este blog, quizás porque han pasado muchas cosas y ninguna muy “atractiva” como para escribirla en este espacio. De todos modos eso no le resta diversión y acción a mi vida.
Todo ha comenzado a aumentar de ritmo desde el día de mi cumpleaños 24, que ocurrió hace un par de semanas atrás, en donde ese día entre una tragedia familiar y saludos de mis amigos me decidí a hacer algo que venía posponiendo hace mucho tiempo: Vivir nuevamente sola. Claro que esta vez solo seré yo, ya que la ultima vivía con una amiga así que tan “sola” no estuve en esa primera experiencia.
Me decidí de un momento a otro, fue algo fugaz que se cruzo por un segundo en mi mente y que se concretara después de 3 semanas. Es que puede que yo sea indecisa en aspectos amorosos, pero cuando se trata de mi vida personal las decisiones las tomo inmediatamente y sin titubear. Así ocurrió con este cambio.
Lo converse con mi familia, lo cual fue el primer paso, y ellos estuvieron totalmente de acuerdo en que me fuera a vivir mi propia vida. En realidad yo me llevo mejor con ellos, estando sin ellos.
El según paso fue buscar un lugar donde vivir, lo que me tomo unos días. Visite algunos lugares pero sólo tuve conexión con un solo inmueble y barrio.
Si bien, de todos los departamentos que vi este no era el mejor debo reconocer que cuando entre a verlo sentí que debía vivir ahí. Fue una complicidad entre el departamento y yo.
De ahí comenzó el inicio de este cambio. Organice mi vida como nunca antes, y es que saque esa habilidad como si siempre la hubiese practicado. Poco a poco se fueron dando las cosas. Quizás estaba escrito.
En fin. Ahora falta el último paso, que es el traslado físico hacia esta nueva vida. No tengo miedo esta vez, solo muchas expectativas y ganas de iniciar este viaje pronto.
Falta sólo una semana. ¿Qué será de mí en esta nueva etapa? Sólo yo lo sé y me encanta ser mi cómplice en esto.
Todo ha comenzado a aumentar de ritmo desde el día de mi cumpleaños 24, que ocurrió hace un par de semanas atrás, en donde ese día entre una tragedia familiar y saludos de mis amigos me decidí a hacer algo que venía posponiendo hace mucho tiempo: Vivir nuevamente sola. Claro que esta vez solo seré yo, ya que la ultima vivía con una amiga así que tan “sola” no estuve en esa primera experiencia.
Me decidí de un momento a otro, fue algo fugaz que se cruzo por un segundo en mi mente y que se concretara después de 3 semanas. Es que puede que yo sea indecisa en aspectos amorosos, pero cuando se trata de mi vida personal las decisiones las tomo inmediatamente y sin titubear. Así ocurrió con este cambio.
Lo converse con mi familia, lo cual fue el primer paso, y ellos estuvieron totalmente de acuerdo en que me fuera a vivir mi propia vida. En realidad yo me llevo mejor con ellos, estando sin ellos.
El según paso fue buscar un lugar donde vivir, lo que me tomo unos días. Visite algunos lugares pero sólo tuve conexión con un solo inmueble y barrio.
Si bien, de todos los departamentos que vi este no era el mejor debo reconocer que cuando entre a verlo sentí que debía vivir ahí. Fue una complicidad entre el departamento y yo.
De ahí comenzó el inicio de este cambio. Organice mi vida como nunca antes, y es que saque esa habilidad como si siempre la hubiese practicado. Poco a poco se fueron dando las cosas. Quizás estaba escrito.
En fin. Ahora falta el último paso, que es el traslado físico hacia esta nueva vida. No tengo miedo esta vez, solo muchas expectativas y ganas de iniciar este viaje pronto.
Falta sólo una semana. ¿Qué será de mí en esta nueva etapa? Sólo yo lo sé y me encanta ser mi cómplice en esto.
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