30 de julio de 2009

Sin Título

Algunas cosas que he vivido, me recuerdan a aquellas historias incontables de antaño. De esas que las señoras escoden en los más profundos cajones de sus recuerdos. Siempre ese tipo de “historias” se convierten en un círculo vicioso del que cuesta salir y casi todas van a dar a un lugar parecido: el olvido.
Por eso, después de todo no es malo vivir este tipo de “historias”, ya que al final quedan solo como recuerdos vagos de algo que parece que nunca existió. Es cuando los recuerdos se nos mezclan con fantasías y no podemos distinguir que fue real y que no.
Eso ocurre con las historias de traición y pasión. Aquellas que gozamos intensamente en el momento y que duran febriles por días, meses, tal vez años, pero nunca duran toda la vida.
Por eso muchos se atreven a vivirlas. Pocos se conforman con solo escucharlas.

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